lunes, 18 de agosto de 2008

EL DESAFÍO DE TRAER NIÑOS FELICES AL MUNDO

Dra. Francisca Paravic

Centro Tomatis Chile

El método Tomatis ofrece a la madre embarazada la posibilidad de vivir un embarazo con una actitud positiva, relajada y en armonía consigo misma, con su entorno y con el hijo que está en su vientre. El programa de estimulación auditiva para las futuras madres está especialmente diseñado para ellas, tiene el propósito de poner a la madre y a su hijo en la misma "onda" por medio de sonidos sin memoria ni carga informativa, son sonidos filtrados, libres, similares a los que escucha el feto.
La experiencia más importante, en cuanto al número de pacientes tratadas, se encuentra en Vesoul, al este de Francia, en un hospital público, gracias a la convicción y empuje del Dr. Klopfenstein, Jefe de Servicio del Servicio de Obstetricia, quién logró implementar Oídos Electrónicos en su servicio y así ofrecer la terapia a las futuras madres que desean seguir este método "de relajación a través de la música". De los resultados obtenidos a través del tiempo son las conclusiones siguientes.

A través de este estímulo sonoro, que actúa como una vigorosa ducha acústica, mejora la energía de la madre y aumenta su conciencia, lo que le permite superar el stress propio del embarazo. Al cabo de pocas sesiones, el ritmo cardiaco y la respiración se tranquilizan, la pared uterina se relaja proporcionando más espacio al futuro bebé, la madre relativiza sus miedos subjetivos para dedicarse a una relación más personal con su hijo, también se relativizan los problemas ligados al embarazo como cansancio, angustia, aprehensión o cambios bruscos de humor. Dice el Dr. Tomatis en su hermoso libro 9 MESES EN EL PARAÍSO "la madre sintonizada en el mismo universo acústico que su hijo, descubre en toda su dimensión el sentido de dar la vida".

Generalmente los dos últimos meses de embarazo son molestos por el tamaño del feto, el vientre se vuelve más pesado, se desestabiliza la marcha, pueden haber dificultades para dormir, para respirar, molestias gástricas...lo que lleva a esperar el parto con una ansiedad que bloquea la relación psicológica con el niño. Con el método Tomatis, las futuras madres están relajadas, con una mejor tolerancia física, construyendo el futuro con su hijo de una manera diferente, el parto ya no es un fin en si mismo sino una liberación y una prolongación.

Las madres viven partos más cortos, por el bajo nivel de angustia, el periodo de trabajo de parto se acorta, no hay trabas en la dilatación del cuello uterino. Durante el parto, las madres están distendidas y se sienten bién, dando a luz con naturalidad. Recuperan inmediatamente la energía perdida y buscan rápidamente reestablecer el vínculo con el hijo recién nacido.

Los bebés Tomatis nacen más facilmente, lloran menos y demuestran tener capacidades sorprendentes durante su desarrollo. Se ven alegres, activos y con muchas ganas de vivir. Luego de su nacimiento comen y duermen bien, atienden a todo lo que sucede alrededor y sonríen cuando escuchan música de Mozart. Uno o dos años más tarde las madres se sorprenden de la precocidad y madurez de sus hijos, a los 8 ó 9 meses manifiestan deseos de ponerse de pie, caminan antes de los 11 meses, y a los dos años ya utilizan un lenguaje elaborado, haciendo frases cortas y dándose a entender.

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TESTIMONIOS

Alopaa

Me pasé muchas sesiones pensando ¿qué hago aquí?. Cuando terminé el primer ciclo y me tocó descansar 2 semanas me fui feliz. Por fin terminaba. Estaba aburrida, cansada de ir todos los días y escuchar Mozart y canto gregoriano, que además estaba filtrado!!! Curiosamente cuando volví al 2º ciclo estaba menos irritable y me había reconciliado totalmente con Mozart.


Yo estaba embarazada de 5 meses mas o menos cuando decidimos con mi esposo, buscar alguna terapia o algo que nos conectara con la guagua y que nos preparara de alguna manera para recibirla. Recorrimos varios lugares y elegimos sin dudarlo: Tomatis. Era a lo que menos acceso teníamos, porque estaba lejos de nuestro bolsillo, sin embargo creímos que valía la pena hacer el esfuerzo.


El tratamiento empezaba cerca del 7º mes, yo empecé un 23 de septiembre de 2002.


Yo me reconozco bastante intensa, histriónica y apasionada, así es que al empezar a escuchar la música ya me desilusioné porque sentí que pasaban los días y nada! yo creía, que me iba emocionar muchísimo, iba preparada con pañuelitos desechables, pero NADA. De repente me di cuenta que me empezaba a irritar y a poner intolerante pero también estaba super energética y me sentía como si fuera mas yo misma, me sentía mejor. Empecé a poner limites, y decir lo que quería y lo que no.


De alguna manera yo tenía claro que hacer un trabajo para recibir a mi hija pasaba necesariamente por mí. Lo que significaba vivirme yo también lo que para mí había sido estar en el útero de mi madre.


Empecé a sentir más intensa la presencia de mi hija, la sentía comunicativa y opinante... me empecé a conectar profundamente con ella. Me sentía feliz, me tocaba la guatita sabiendo que nunca más la iba a sentir así, adentro mío. Estaba en paz conmigo.


La irritación que sentí al principio disminuyó considerablemente y dio paso a la tolerancia afortunadamente. Vivir el embarazo de mi hija con Tomatis fue sanar mi propia vida intrauterina y equilibrar mi historia lo que significó darle a la Amandita toda la armonía necesaria para nacer con una tremenda vitalidad.


La Amandita llegó anticipadamente a este mundo (3 semanas antes) el 9 de noviembre, llegó con música de Mozart, pesó 3.750 kg. Y midió 49 cm. Es una niña que irradia paz y tranquilidad. Al mes ya estaba mirando fijo y siguiendo con la mirada el lugar de donde venían las voces. Empezó a sonreír cuando tenía un mes y medio y lo que me llama mucho la atención es que es muy firme, tiene una tremenda tonicidad, a los 3 meses el pediatra la tomó de los deditos y ella se paró. Desde entonces le gusta estar parada, sujetándola por los brazos naturalmente, y llora muy poco. Me doy cuenta de lo despierta que es.


Hace años tuve a mi primera hija, la Camila, y durante su primer año de vida tengo la impresión de sentir que sufrió mucho. Tenía un llanto que no era ni de hambre, ni de sueño, no era de nada tangible. Hoy pienso que era llanto de miedo de sentirse fuera de su hábitat. Eso es algo que para mi es muy claro con la Amandita: ella está tranquila en este mundo, llora de hambre, de sueño, llora por cosas concretas, no tiene miedo de estar aquí, eso es clarísimo y por supuesto Tomatis tiene algo que decir en todo esto...


Gracias a todos por acompañarme con tanto cariño, amabilidad y paciencia.

Alopaa C. Fierro

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